Cinco claves para disfrutar el camino
Muy importante para la vida de todos es tener metas a largo plazo, ¿quién de ustedes lo negaría? ¡Tener metas poderosas! ¡Inspiradoras! ¡Dignas de grandes frases! Sin embargo, hoy quise escribirles sobre algo más importante: ese camino hacia las metas, eso que comúnmente llamamos “vida”.
Todos los que me conocen a fondo saben que me apasiona la ingeniería estructural, que con todo gusto y placer le dedicaría más horas al día (sí, ¡aún es posible!), pero hace más o menos 9 años entró La Baketona a mi vida y le metió un poco de equilibrio al tema; sobre ella, mi esposa, ya luego les iré contando más.
Para mí es sin duda la primera y principal característica del camino estar caminando una senda que te apasione, que te haga vibrar y que puedas caminar siempre feliz. Hace 12 años arranqué ALBA precisamente con esta característica, era si acaso una vereda, pero estaba seguro que sin importar a donde llevara, me gustaba y emocionaba cómo se sentía al pisarla.
Contrario a muchos pensamientos actuales, la segunda clave para disfrutar el camino, para mí es la transpiración… Sí, tienes que garantizarte dar tu máximo, no quedarte a deber nada. Puedes ganar o perder, pero lo que hará que termines con una sonrisa es saber que lo diste todo. Es imposible querer ir avanzando en la vida con la autocomplacencia, porque, aunque los demás no lo noten, ¡internamente tú lo sabrás y te quedarás a deber a ti! Al más importante de esta historia y eso nunca te dará la paz necesaria para ser feliz.
Y es con esta constancia y trabajo que nos asignaron nuestro primer proyecto de edificio, ya hace algunos años, cuando era joven y echado para adelante; siempre he estado seguro que sólo perderé una de estas dos características. Era un tremendo edificio de 5 niveles.
Trabajando este hotel de 5 pisos me acuerdo perfectamente de ese coraje, mas no enojo, de esa inquietud interna incesante, de esa frustración de ver que otros despachos estaban calculando edificios de cerca de 20 pisos y decirme ¡quiero que nosotros diseñemos esas torres!
Lo que sin duda me lleva a la tercera clave del camino: el hambre. Sí, se necesitan esas metas inalcanzables, esos sueños con fecha de entrega, esos retos enormes para mantener esa chispa y que no te dejan entrar en la zona de confort, sino que, por el contrario, te empujan a terrenos desconocidos, esos que te hacen meterte en problemas y le dan esa pendiente inclinada al camino, que hace que al final del día puedas admirar el paisaje desde más arriba. Sí, para disfrutar este camino es necesario no pisar donde ya están mis huellas.
Sin duda es esta hambre la que nos abrió la puerta y entramos en ese primer proyecto de 20 pisos, un par de años después. Todos en la oficina, 6 personas en ese entonces, emocionados porque por fin teníamos un proyecto donde la ingeniería sísmica tenía sentido, ¡por fin un análisis modal espectral donde hay participación de modos superiores!… Perdón, me regreso a temas no técnicos porque me les voy… Y es entonces que me doy cuenta de la cuarta clave: es mucho más placentero el camino cuando trabajas en equipo porque aprendes más rápido, se reparte la chamba y se reparte la felicidad de los logros. Trabajando este proyecto volví a sentir ese coraje de ver oficinas grandes hacer proyectos de más de 30 pisos en la zona de Andares.
Es importante aclarar, por si a alguno de ustedes le quedaba duda, que no creo, que disfrutar el camino no quiere decir que todo sea miel sobre hojuelas… Hemos tenido varios momentos muy duros en donde no queda más que poner carita de hombre, trabajar, otra vez, en equipo con el cliente y sacar los problemas adelante.
De repente y sin darme cuenta, somos más de 30 personas en la oficina, y nos dicen que ganamos el Hyatt de Andares… ¡Wow! La torre más alta de la zona con 185 metros de altura. Un proyecto que puso a prueba todas nuestras capacidades técnicas y de equipo, con un revisor de toda la trayectoria a nivel nacional y que al final, como toda pendiente en el camino, nos hizo crecer fuertemente. Es a partir de ahí que la quinta clave ha cobrado cada vez más importancia: el espíritu de competencia. Laboral y personalmente considero que nada es gratis, hay que ganarse lo que se tiene. Creo que es un estatus en el que me encuentro todas las horas del día que estoy despierto, y me encanta; sin duda forma parte importante del camino. Desde la ventana de mi oficina veo todos los días el Hyatt y desde que se estaba construyendo ya había aparecido ese corajito porque las firmas más fuertes de ingeniería de México y del mundo están participando en los rascacielos de Reforma.
La sexta clave que me ha servido para disfrutar el camino es exceder las expectativas… Qué mejor que compartirlo como el sexto punto en una lectura de cinco. Y créanme que sorprender gratamente a un cliente es de las mejores experiencias…
Y así, disfrutando el camino, con un excelente equipo de 70 personas invaluables, nos asignaron como consultores estructurales del proyecto que será la torre más alta de Latinoamérica, está en Reforma y tendrá más de 300 metros de altura. Y, ¿les digo algo?, siento corajito porque veo a empresas como ARUP diseñando edificios en Dubai…
¡A disfrutar el camino y feliz año!
¡Que este año esté lleno de bendiciones para todos!